Associacions CAEB 3

“No entendemos por qué unos pueden vender tabaco y otros no”

“Las pérdidas por ese concepto pueden ser de entre 10.000 y 20.000 euros mensuales, para una sola gasolinera”

Con dieciocho años de experiencia dentro de su ámbito profesional, Jesús Salas Vidal es, desde hace seis, el presidente de la Associació d’Estacions de Servei de Balears, al frente de la cual ha sido reelegido para un segundo mandato. Es responsable de una única estación de servicio en la localidad de Palma Nova, con lo que se encuentra en la misma situación que la mayoría de los afilados a esta entidad, que llevan una sola gasolinera, si bien algunos de ellos disponen de hasta cuatro de estas instalaciones. En total estamos hablando de cerca de setenta empresarios y de un centenar de estaciones de servicio; de las que, en números redondos, unas ochenta estarían enclavadas en Mallorca, y el resto se dividirían, mitad y mitad, entre Menorca y las Pitiüses. Eso, sin contar las no incluidas en la Associació. Salas Vidal viene desempeñando también la vicepresidencia de su Confederación nacional, a lo largo de los cuatro últimos ejercicios. La supresión de la venta de tabaco en las gasolineras constituye, ahora mismo, su problemática más inmediata.

¿Cómo les afecta a ustedes la nueva legislación sobre el tabaco?
-El año pasado nos prohibieron vender alcohol por las noches en las gasolineras. Ahora es el tabaco, lo que supone un porcentaje elevado de nuestras tiendas de 24 horas. Eso puede cuestionar la conveniencia de seguir abiertos por la noche, cuando el único comercio abierto en este horario en muchas localidades son las estaciones de servicio.
-¿Cuáles son los aspectos concretos en los que no están de acuerdo con esta normativa?
-Hace años que en las gasolineras está prohibido fumar, lógicamente. Y creo que el cien por cien de los asociados estaremos de acuerdo en que no se pueda fumar en lugares públicos. Pero en materia de ventas no tienen por qué discriminar: unos señores sí pueden vender, otros no. Se quejaron los quiosqueros, y ahora les dejan vender con una máquina. Lo que no se entiende es por qué por unos canales se puede vender y por otros no, y por qué en máquina. Parece que puede haber más menores que compren en una máquina que en un mostrador.
-¿Qué perjuicio económico les representa?
-Desde el 1 de enero, cuando entró en vigor, sufrimos una bajada de ventas muy importante. El tabaco estaba representando entre el 30 y el 40% de las ventas de la tienda. Las estaciones casi no sacan dinero de la gasolina, las comisiones son cada vez más pequeñas, mientras que en los artículos en venta el margen es como en cualquier comercio. La gasolina nos está dejando un 4,5% de margen.
-¿Cuánto supone la tienda, de los ingresos o de los beneficios de una estación de servicio?
-Puede ser más de la mitad. Depende del tipo de estación, en una de un pueblo no tanto, en zonas turísticas sí. Tienes facilidad de aparcar y te llevas productos de manera rápida: la prensa, una bebida, un ambientador.
-¿Cuál sería la cuantificación de la pérdida, por dejar de vender tabaco en las gasolineras?
-Puede ser de entre 10.000 y 20.000 euros mensuales, para una sola estación. Depende de zonas.
-¿Qué acciones están realizando ustedes, para conseguir sus reivindicaciones a este respecto?
-Nos estamos moviendo a nivel nacional. Estamos intentando que las estaciones que tengan una cafetería puedan tener una máquina de tabaco. También nos ha recibido el presidente Matas.
-Si se mantiene la prohibición de vender tabaco, ¿dejarán de abrir 24 horas las gasolineras que lo hacen actualmente?
-Nos podemos plantear cerrar al menos las noches.
-¿Con qué otros problemas se encuentra su sector?
-Estamos pendientes de la Ley de Subsuelos, ya que en 2007 se cumplen los dos años previstos para ver cómo están. Aún no nos han dado el informe. Ahora mismo las estaciones de servicio de Baleares están en buenas condiciones, pero puede haber contaminaciones históricas. De todas formas, hay muy pocas que podamos decir que están mal, o viejas. Aquí el empresario ha invertido mucho. A nuestro favor está que hemos conseguido que las grandes superficies no puedan instalar gasolineras, como está pasando en la Península.
-¿Qué más rasgos específicos se producen en Baleares?
-La insularidad nunca deja de ser un problema. El carburante siempre se dice que es el más caro de España, menos mal que aquí no se ha aplicado el céntimo sanitario, y eso es por el transporte.
-De todas formas, el petróleo y la gasolina, en general, han incrementado su precio de manera importante. ¿Cómo les afecta eso a ustedes?
-Parece que las gasolineras ganan más y es lo contrario. Por cada litro estamos obteniendo una media de ocho de las antiguas pesetas. Por lo tanto, es poca cosa.
-¿Sus clientes están gastando menos ahora?
-En general, la gente suele poner una cantidad fija. Si ponían veinte euros, ahora tendrán que venir más a menudo. Ha subido un poco la media: antes era alrededor de quince euros, y ahora alrededor de veinte o veinticinco.