2004: Luces y sombras después de un año de transición

El ejercicio de 2003 que acabamos de concluir puede ser catalogado, desde el punto de vista del crecimiento económico y a falta de conocer los datos finales de muchos indicadores, como “de transición”. Efectivamente, desde 1999 las tasas de variación del PIB balear se han venido reduciendo de forma acentuada y continua hasta el punto de registrar una tasa de crecimiento negativo en 2002 (estimada inicialmente en un -0,6%) por el efecto de una pésima temporada turística. En 2003 se mantuvo la situación de estancamiento económico, con señales mixtas en los diversos indicadores de coyuntura, que nos llevaron a invertir la tendencia descendente en las tasas de crecimiento económico de los últimos tres años, estimando que el PIB creció ligeramente (+0,3%) como consecuencia de una leve recuperación en la actividad turística después de la fuerte caída de 2002.
Las señales que se anticipan, a priori, para el presente año 2004 son confusas ya que el entorno internacional que más directamente nos afecta, bien continua inmerso en una situación de muy débil crecimiento económico (caso de los países de la zona euro, con Alemania a la cabeza), bien se ven afectados por la revalorización del euro (+39,1% frente al dólar entre enero de 2002 y diciembre de 2003 y +13,9% frente a la Libra esterlina en el mismo periodo), con un importante deterioro de la capacidad competitiva de Balears frente a otros destinos turísticos fuera de la zona Euro (caso especial del Caribe y algunos destinos del Este de Europa y del Mediterráneo) y con una reducción en el poder adquisitivo de los turistas británicos que visitan las islas.
Por otra parte parecen superados los nefastos efectos psicológicos derivados de los atentados del 11 de septiembre de 2001 así como los temores e incertidumbres originados por el conflicto bélico en Iraq, a medida que se estabiliza la situación en la zona, con lo que los condicionantes de la evolución de los mercados emisores de turismo hacia Balears se centran principalmente en el ámbito económico.
La mencionada fortaleza del euro frente al dólar, todo y mermar considerablemente a corto plazo la competitividad de las industrias exportadoras (incluyendo el turismo) ha permitido, por otra parte controlar las presiones inflacionistas en Europa, facilitando una política monetaria más orientada a incentivar el crecimiento económico que a controlar la inflación, con lo que es de esperar, tal y como prevén los organismos oficiales e institutos de previsión y análisis económico internacional (Eurostat, OCDE, FMI,...), que se pueda iniciar la esperada recuperación económica en Europa a lo largo de este año (la de Estados Unidos parece ya claramente encarrilada, más ahora con la ayuda de un dólar débil que favorece sus exportaciones y aligera la presión sobre su déficit comercial).
Las dudas sobre la intensidad de esta recuperación y el momento en el que empezará a visualizarse persisten, especialmente en Alemania. Con todo las perspectivas de crecimiento de la economía de la zona euro se sitúan al entorno de 1,8% para 2004 (0,4% en 2003), con una tasa de incremento prevista en Alemania de cerca del 1,5%.
Ante esta situación parece razonable esperar que se mantenga el cambio de tendencia iniciado en la economía de Balears en 2003 y que este ejercicio 2004 pueda registrar un crecimiento económico al entorno del 1,5%, aun muy por debajo del ritmo de expansión previsto para el conjunto de la economía española (3%) y de la media de la Unión Europea (1,9%). Al final Alemania (y su esperada recuperación) tendrá la última palabra.