Associacions CAEB 2

“Somos uno de los sectores que, con menos empresas, más aportamos a las arcas de la Comunidad Autónoma”

La Asociación de Salas de Bingo de Baleares (ASBA) agrupa a seis empresas dedicadas a esta actividad, de las que cuatro se encuentran ubicadas en Palma, otra en Manacor y la sexta en Eivissa. Integrada en la CAEB, esta entidad cuenta con una trayectoria cercana al cuarto de siglo de vida. Desde hace dos ejercicios, el presidente de ASBA, encontrándose en el ecuador de su mandato, es Antonio Aloy, gerente del bingo Casa de Menorca, ubicado en el barrio palmesano de Santa Catalina. Hijo de uno de los pioneros del sector en Baleares, su familia se encuentra vinculada a esta actividad desde hace veintisiete años, habiéndose encargado también de otros establecimientos. Otros tres bingos de Baleares forman parte de una segunda entidad, denominada Aesbi. A pesar de esta duplicidad, por motivos de "representación", según explica Aloy, ambas comparten un mismo secretario general. El presidente de ASBA calcula que esta actividad da trabajo directamente a unas 250 personas, más otra cincuentena de los servicios de bar.

“Si no nos dejan incorporar nuevas fórmulas que representen algún aliciente, los bingos se van muriendo”

¿Cuáles son los problemas más importantes con los que se encuentra actualmente el sector del bingo en Baleares?
-El principal problema es que estamos muy intervenidos por la Administración, y eso hace que, a la hora de crear nuevos alicientes para incentivar nuestra actividad, siempre haya que pasar por su autorización previa. Eso nos ralentiza mucho. Después hay otras cuestiones. Por ejemplo, un tema es que no podemos hacer publicidad. Es algo que estamos negociando con la Administración. No se puede incentivar nuestro juego, cuando otros, como las loterías, pueden hacer la publicidad que quieran. Es un agravio comparativo. Si no podemos incentivar el juego, no lo debe poder incentivar nadie.
-¿Qué tales son las perspectivas en sus conversaciones con la Administración?
-Afortunadamente, en estos momentos el talante de las personas que gestionan esta competencia, que corresponde a la Conselleria d’Interior, está siendo positivo, lo que nos ha permitido avanzar en una serie de cuestiones que teníamos atrasadas. Al menos, se han preocupado de escucharnos y activar temas que teníamos parados.
-¿Como cuáles?
-Por ejemplo, el sistema de bingo acumulado. Una cantidad que se acumula de cada partida, para un premio gordo. O el tema de los horarios. Probablemente, lo que hay ahora es más dinamismo a la hora de escucharnos. La actitud de la Conselleria es positiva y abierta. Nos escuchan y nos atienden con rapidez, y eso para nosotros es importante
-¿Y qué tal se llevan los empresarios, entre ustedes?
-Somos un sector bastante bien avenido entre los empresarios, lo que facilita la toma de decisiones a nivel interno nuestro. Hay armonía. Somos pocos, pero al menos bien avenidos.
-¿Qué otras cuestiones les preocupan a ustedes como empresarios, en este momento?
-Antes nos exigían unas plantillas mínimas. Todo esto se está negociando. Hemos pasado por un par de crisis, que han motivado que se ajustara el tema de plantillas. Al mismo tiempo, con el avance informático, también puede ajustarse la plantilla a la tecnología. Hoy en día, el coste de personal es elevadísimo.
-¿Cómo es el sector del bingo aquí, en Baleares? ¿Cuáles son sus aspectos más significativos?
-Somos uno de los sectores que, con menos empresas, más aportamos a las arcas de la Comunitat Autònoma. Aportamos mucho más que otros. Aparte del turístico, creo que somos el más importante en este sentido. Por parte de la asociación, siempre se ha tratado de dignificar el trabajo del empresario. No porque sea el sector del juego ha de ser menos empresario que el turístico.
-¿Hay algún rasgo específico del sector en esta comunidad, por su condición insular o por su economía turística, por ejemplo?
-En una gran ciudad, como Madrid o Barcelona, que cuentan con un flujo de gente que va por razones de trabajo, es más probable que ésta entre allí a las salas. Aquí no, difícilmente el turista viene. Nosotros no vivimos del turismo directamente. Indirectamente nos influye, porque parte de nuestros clientes potenciales son personas que trabajan en ese sector y, si hay crisis en el turismo, lo notamos: no tienen la liquidez para poder ir a jugar a las salas.
-Su actividad padece, también, una cierta mala imagen, de la que ustedes son conscientes.
-Con los años se ha ido diluyendo. Pero hemos sido un sector un poco mal visto, el juego parecía que era algo malo. Cuando, realmente, estamos cubriendo una necesidad de ocio de la gente, si bien ahora se ha convertido en un ocio bastante caro, actualmente el precio del cartón son dos euros. Lógicamente, no podemos ir incrementándolo constantemente con el IPC, porque tendríamos un problema con el cambio fraccionario, así que las subidas son de cifras redondas, y el incremento se nota más. De todas formas, esa mala imagen se ha diluido. También, porque han salido otras cosas, y la gente se ha acostumbrado a que existan unas salas de juego.
-Sí, pero usted hacía referencia a las crisis, y algunas salas de bingo de Baleares se han cerrado.
-Se han cerrado bastantes. Cuando se abrieron los bingos en Baleares hubo un boom, la gente hasta hacía cola para entrar. Ahora es un sector que, si no nos dejan incorporar nuevas fórmulas que representen algún aliciente, se va muriendo. En los últimos cinco años han cerrado siete salas. Lo que queremos es que la Administración colabore, dejándonos aportar ideas que posibiliten la afluencia de la gente, sobre todo de gente joven, porque tenemos una clientela bastante mayor. No hemos conseguido llamar la atención de los jóvenes: éste es un juego que se mantiene prácticamente igual desde hace veintisiete años; así como las máquinas tragaperras han ido evolucionando, nuestro juego es el mismo desde que se inventó.
-¿Por dónde irían, las posibles innovaciones en su actividad?
-Por ejemplo, en el sistema de premios, poder conseguir ganancias mayores a través de algún sistema de bingo acumulado que sea un aliciente, o la inclusión, entre partida y partida, de juegos atractivos, todo eso nos da pie a un gran abanico de posibilidades, como salas de juego anexas a los bingos, que ofreciesen juegos con premios importantes. Al fin y al cabo, el jugador se mueve por el premio.
-Está la cuestión de la ludopatía, que puede que tenga una relación con esa cierta mala imagen de la que hablábamos antes.
-Nos perjudica. Es un poco por donde se ha intentado criticar a nuestro sector. Una ludopatía es una enfermedad, que se ha de tratar convenientemente. Es una adicción. Hemos expresado a la Administración nuestra predisposición a tener este tema controlado y a contribuir, si no a erradicarlo, sí a minimizarlo.
-¿Qué tal es el momento que viven ustedes, ahora mismo?
-Hemos notado una bajada, un poco de recesión. Dicen que el turismo está bien. Pero si la economía va excelentemente, tampoco es positivo para nosotros, porque la gente se mete en inversiones y lo primero tiene que hacer frente a esos pagos.