Associacions CAEB

“Las estaciones de Palma se han quedado obsoletas”

APEAM, presidida por Jesús Álvarez, agrupa a 165 empresas que desarrollan su actividad en las áreas portuarias estatales de archipiélago

Nacido en Villablino (León) y licenciado en Máquinas Navales por la Universidad Politécnica de Cataluña, Jesús Álvarez Fernández fue nombrado en 1993 jefe de flota de zona de Trasmediterránea y, desde 1996, es delegado en Baleares de esta naviera (ahora Acciona Trasmediterránea). Del 96 al 2000 fue presidente de APEAM y, desde hace dos años, desempeña de nuevo esta responsabilidad. También ostenta la presidencia de la comisión de transportes de la Cambra de Comerç y es miembro de la Junta de Gobierno de la CAEB.
Un rasgo esencial de APEAM, como subraya su presidente, es esa pluralidad de las empresas integradas. “Hay actividades muy distintas. Sólo tenemos en común que actuamos en superficie pública y un sistema tarifario establecido por los puertos del Estado”. En el ámbito balear, éstos son los de Palma, Alcúdia, Maó, Eivissa y la Savina (Formentera).
APEAM incluye, por lo tanto, “el transporte marítimo (navieras); los consignatarios, con una actividad muy fuerte, ahora, por el tráfico de cruceros, de alguna manera son intermediarios entre las compañías navieras y las autoridades; también las empresas estibadoras, todas las que tienen por objetivo la carga y la descarga de mercancías; luego, una actividad cada vez más importante, la náutica-deportiva: chárter náutico, mantenimiento y reparación; más actividades ligadas a puertos deportivos, astilleros, armadores, agentes de aduanas, el tráfico interior (golondrinas y demás) y los clubes náutico-deportivos instalados en puertos del Estado”.
En total, de acuerdo con la última referencia censal, son 165 las entidades, de los distintos ramos, que forman parte de esta asociación. Álvarez calcula que, de ellas, aproximadamente las tres cuartas partes actúan en el Port de Palma, en función de sus dimensiones y actividad. En su conjunto dan empleo a entre 2.000 y 4.000 trabajadores, “dependiendo de la estacionalidad, que es muy acusada”.
Algunas de las cuestiones que preocupan a esta entidad afectan, sobre todo, a alguno de los sectores representados en la misma, pero muchas veces repercuten sobre la actividad de todos ellos. Así por ejemplo, según explica Jesús Álvarez, “la autofinanciación de los puertos del Estado. La Ley de Puertos plantea el objetivo de que no se detraigan recursos de los Presupuestos Generales a los puertos: tienen que generar las suficientes tarifas para cubrir gastos y obtener beneficios para la inversión”.
“Esto, que puede ser válido para la Península”, afirma el presidente de la APEAM, “es un desastre para las Islas, por los costes de insularidad. Y me explico: cuando se realiza una infraestructura para el Ave va a costa de los Presupuestos Generales del Estado, y la pagamos todos. ¿Cuáles son las infraestructuras de las Islas? Puertos y aeropuertos. Si el objetivo es que no haya inversión del Estado, estamos en un agravio comparativo”. El resultado, según Álvarez, es que “no podemos afrontar las grandes inversiones, porque serán a costa del residente, cuando a nadie se le pasa por la cabeza que un “lleidatà” tenga que pagar más por el Ave. Éste es nuestro gran caballo de batalla”.
De aquí se deriva la segunda gran cuestión, de acuerdo con el criterio del presidente de la APEAM, y que empieza por que “las grandes inversiones tienen que ir a costa de lo que pagan las navieras y lo termina pagando el usuario”. Esas reformas se contemplan, básicamente, para los puertos de Eivissa y Palma. “El de Maó tiene menos problemas, sobre todo con la cesión de la base naval”.
“El problema fuerte”, para Jesús Álvarez, “es Eivissa, ya que hay que trasladar toda la actividad, que está en el centro de la ciudad, al dique de Botafoc y, como es pequeño, hay que crear una infraestructura anexa. Todo el mundo es consciente de que la actividad no puede continuar donde está, no se cumplen los códigos de seguridad elementales”.
En el caso de Palma, “no hay problema de espacio”, según el presidente de APEAM, si se mantiene el Moll Vell dentro de la actividad portuaria. “Algunos piensan, y yo con ellos”, que el Moll Vell “sería el sitio ideal” para el atraque de cruceros turísticos, de acuerdo con la máxima de que “el pasaje lo más cerca posible de la ciudad y la mercancía lo más lejos posible”.
Esa proximidad del pasaje al casco urbano la ve complicada Jesús Álvarez en el caso de bastantes buques, que son mixtos, ya que también transportan mercancía, pero no en el caso de los cruceros, que sólo llevan pasajeros. Situarlos en el Moll Vell supondría “acercar a la ciudad cada día entre 10.000 y 15.000 personas, lo que representaría una reactivación del comercio. Además, un barco no es antiestético y luego se va, no es como construir un edificio allí”.
Tanto en materia de cruceros como de transporte de pasajeros en general se encuentra sobre la mesa esta cuestión de la zona de embarque y de llegada de los viajeros. Para Álvarez, “las estaciones marítimas han quedado obsoletas”, en concreto la de Eivissa y las cinco de Palma, donde parece más aconsejable “una gran terminal que pueda dar un servicio equivalente al de una terminal del aeropuerto. Tenemos un déficit en ese sentido”. Los empresarios de transporte interior, por su parte, confían en contar con una estación “digna y bien instalada” en el Passeig Marítim; donde, por cierto, el “botellón”, según el presidente de APEAM, les crea problemas a sus afiliados.
Otras cuestiones que interesan a los distintos ramos agrupados en esta asociación son, en el caso de los estibadores, la regulación de la actividad, de la que desean su liberalización, y, por lo que se refiere a toda la actividad náutico-deportiva, el auge que ha tomado ésta, “generando en este momento en Baleares más que el mueble y el calzado”.