“No se ha valorado el papel que juegan nuestras multinacionales en la economía”

Miquel Lladó Oliver lleva cuatro decenios en el mundo del comercio, desde que tenía veinte años, ya que nació en Palma en 1945. Fundador y ex presidente de la Asociación de Almacenistas de Materiales para la Construcción, fue también uno de los creadores de la Confederació d’Associacions Empresarials de Balears (CAEB) e integrante de su Junta de Gobierno. La relación de las diversas responsabilidades que ha ejercido, en el ámbito económico de las Islas, es muy extensa: consejero de ISBA, promotor del Círculo de Estudios Económicos o presidente de Afedeco, por sólo citar algunas entre las más significativas. De la Cambra Oficial de Comerç, Indústria i Navegació de Mallorca, Eivissa i Formentera fue vocal y miembro de su comité ejecutivo, antes de acceder, en 1998 (reelegido en 2002), a la presidencia de la entidad, que actualmente desempeña. Además es presidente de la Comisión de Turismo del Consejo Superior de Cámaras de Comercio y forma parte de los máximos órganos del Cercle d’Economia de Mallorca, la Autoritat Portuària de Balears y Mapfre en las Islas.

-¿Cómo podría explicarle, al ciudadano de a pie, qué es y para que sirve la Cambra de Comerç?
-Las funciones de la Cambra de Comerç vienen determinadas por Ley. La primera es consultiva de la Administración. Las cámaras, que ostentan una representación de todos los sectores económicos, en proporción a su participación en el Producto Interior Bruto, tienen esta función consultiva, puede que la más importante. En los grandes temas, como puertos y aeropuertos, energía, red viaria, tasas, la Cambra ha realizado informes, e incluso en algunos casos ha contribuido a abrir un debate público. Otra función, no menos importante, se refiere a todo lo que tiene que ver con la formación; que no se solapa con lo que hacen las patronales. Y una tercera, también determinada por Ley, es el comercio exterior, que es a la que más recursos destinan las cámaras, unos dos tercios de lo que recibimos por el Impuesto de Sociedades. Otra de nuestras tareas es todo aquello relacionado con los emprendedores.
-¿Cuál es su actividad en esa faceta, el comercio exterior?
-Tenemos una serie de líneas. La primera, un departamento especializado, que proporciona información y en el que hemos conseguido un nivel muy alto. Segunda, la formación en comercio exterior, que es muy importante, teniendo en cuenta el peso de la internacionalización en nuestra economía. Tercera, la promoción en todas sus formas: asistencia a ferias, exposiciones de nuestros productos o inversas. Éste último es el caso del golf o el sector náutico: traemos aquí a líderes de opinión o comunicación de los mercados que más nos interesan y les llevamos a visitar las Islas, los campos de golf o, en el sector náutico, las instalaciones deportivas. También nos hemos implicado en la promoción turística, por medio de convenios con el Consell Insular de las Pitiüses, el Patronat de Turisme de Formentera o Ibatur. Tenemos empresas que están saliendo al exterior, pero también ingenieros o despachos de arquitectos o de abogados. Nuestra economía es la más internacionalizada de las comunidades autónomas españolas y eso es un gran orgullo.
-¿Por qué, la más internacionalizada?
-Si contemplamos el turismo como una exportación de servicios que se consumen aquí, que es el caso del turista extranjero, más las compras que realizan, tenemos un equivalente al 35% de nuestro Producto Interior Bruto. Estamos por encima de cualquier otra autonomía.
-Teniendo en cuenta que la globalización parece imparable, eso quizás suponga que, en consecuencia, estamos mejor situados que nadie.
-Es evidente que el proceso de globalización es un hecho que se va extendiendo. Y nuestro proceso de internacionalización es el que ayudará a hacer posible nuestro desarrollo sostenible. Tenemos que sentirnos orgullosos de nuestras multinacionales, que tienen aquí sus centros de coordinación, sedes de compañías aéreas, compañías hoteleras o compañías de equipamientos hoteleros, entre otras, y que están creando puestos de trabajo cualificados en nuestras Islas, lo que supone para nuestra economía unos ingresos muy importantes. Tenemos empresas que, a pesar del problema de la insularidad, pueden competir fuera de aquí. Y quizás se ha hablado poco de nuestras multinacionales. No se ha valorado el papel que juegan en nuestra economía, cada vez más importante.
-Ya que hablamos del exterior, probablemente nuestra integración en Europa sea uno de los aspectos más relevantes.
-Europa es una gran oportunidad. En el caso de Baleares ha supuesto bastantes ventajas. La primera, la moneda única para una parte importante del conjunto europeo, nos ha aportado facilidades a la hora de contratar, facturar, trámites administrativos, ya sean de inversión o de otro tipo, más la simplificación para los ciudadanos de estos países que nos vienen a visitar. Para Baleares ha sido muy positivo, e importante la disciplina económica que se impuso cuando se fijó el proceso de integración y convergencia: hemos pasado de una inflación alta a la disciplina y la estabilidad. Es verdad que ya no se puede recurrir a lo de antes, de ganar competitividad por la devaluación. Pero mayoritariamente son ventajas.
-Esa cierta crisis de los últimos ejercicios en Baleares, en particular en el sector turístico, ¿es algo ya superado?
-Estos años pasados, entre los atentados del 11-S, la situación de Alemania y otros países centroeuropeos y, por otro lado, la pérdida de poder adquisitivo de la libra, nos han pasado factura. En este momento, y acabada la temporada, vemos que estamos recuperando los niveles de ocupación de los años anteriores a la crisis. Es una buena noticia. Teniendo en cuenta que el sector de la construcción, que sufrió una moratoria, también se está recuperando, podemos prever que estaremos en un crecimiento del Producto Interior Bruto, en 2005, de en torno a un 1,9 ó 2%. La revisión se produciría, por tanto, al alza, y creceríamos algunas décimas más de lo que estaba previsto.
-¿Considera que dependemos demasiado del sector turístico, el gran protagonista de nuestra economía?
-Desde los años sesenta, cuando empezó el fenómeno turístico, ha sido un sector económico que cada día adquiere más protagonismo, a nivel mundial ya ocupará el primer o el segundo puesto y además en todos los sitios y en cualquier escenario es el que mejor se ha comportado. De todas formas, no tiene nada que ver el escenario que tenemos ahora con el de los sesenta, los setenta, los ochenta y los noventa. No tenemos que crecer en cantidad, el nuevo reto es crecer en calidad, en un mercado con mayor valor añadido: turismo náutico, de golf, de cruceros, de congresos, por lo que contar aquí con un palacio de congresos es una buena noticia. Pero esto no se hace de un día para otro. Se ha ido avanzando mucho los últimos años y éste es el gran esfuerzo que debemos hacer. Sin abandonar el segmento de sol y playa, porque nos es necesario. No podemos dejar lo que tenemos. Y realizando un esfuerzo de promoción por el tema de la desestacionalización.
-Pero también hay sectores industriales de las Islas que parecen estar ganando protagonismo. Como la moda o la alimentación, por ejemplo.
-En el sector industrial ha habido una caída, desde los sesenta, que en los últimos años ya se ha parado. Y tenemos unos subsectores con un buen crecimiento. ¿Cuáles son las empresas que están triunfando? Aquellas en las que hay un relevo generacional, en las que se ha incorporado la segunda generación, gente joven. Y en todos los casos por una marca, que es el valor añadido. La calidad es muy importante. No podemos competir en precios con terceros países, pero sí en productos de calidad, con un buen diseño y marcas.
-¿La insularidad sigue siendo nuestro gran problema?
-Es un hándicap importante para según qué tipo de industria. Nos supone unos sobrecostes significativos para nuestra economía. Desde la Cambra se ha intentado colaborar, y se ha colaborado en todo lo que puedan ser ayudas al transporte marítimo a través del Régimen Especial de Baleares. Las tasas portuarias que tenemos que soportar agravan esta situación. También son importantes las operativas de los puertos de origen, y mantenemos reuniones con el presidente del Port de Barcelona para mejorarlas.
-¿Qué balance realiza de sus casi ocho años al frente de la Cambra de Comerç de Mallorca, Eivissa i Formentera?
-Son más objetivos los de fuera, lo deberían hacer los empresarios y las patronales. Estos años se ha producido una alta participación desde el plenario, así como a través de las comisiones de trabajo. Y hemos tenido la suerte de contar con gente muy representativa y de alto nivel de cada sector. Es lo que ha ayudado a que en la Cambra se hayan podido hacer muchas cosas. Hoy la Cambra tiene programas de trabajo y convenios con asociaciones y entidades de todo tipo, lo que nos ha permitido poder ir optimizando los recursos disponibles. Creo que estos años hemos tenido una Cambra abierta a toda la sociedad. Hemos podido abordar la reforma de nuestras sedes de Mallorca y de Formentera, ahora se ha aprobado y se está preparando la reforma de la sede de Eivissa. Por otro lado, se ha hecho un gran esfuerzo y creo que con resultados importantes en comercio exterior; y en el área de emprendedores, con la ventanilla única, la primera de España con la de Valladolid, en noviembre del 99, gracias a la colaboración del Ministerio de Administraciones Públicas, la Comunitat Autònoma, el Ayuntamiento de Palma y el Consell de Mallorca, como proyecto estrella de estos dos mandatos.
-¿Qué tal son las relaciones de la entidad que usted preside con la CAEB?
-Extraordinarias. Desde el primer momento en que accedimos los miembros del actual equipo, mantenemos unas relaciones muy buenas. La Cambra no es una patronal, contamos con un espacio y unas funciones distintas, pero siempre hemos tratado de ir llevando a término nuestro programa en colaboración con las asociaciones patronales, ya sean sectoriales o intersectoriales. Con la CAEB tenemos un montón de acuerdos. En estos siete años y pico ha sido muy importante para nosotros esta colaboración, me he sentido muy cómodo, como presidente de la Cambra, con la CAEB, y así se lo he dicho varias veces a Josep Oliver.
-¿Hay alguna cuestión que, desde su responsabilidad, le siga preocupando especialmente?
-Actualmente es el tema de la financiación autonómica. Conjuntamente con la CAEB, Pimem, Cercle d’Economia y colegios profesionales hemos firmado un manifiesto y se ha creado una plataforma ciudadana, para reivindicar una financiación que nos dé la posibilidad de solucionar el déficit formativo en nuestra comunidad. Nuestro futuro económico será proporcional a nuestra capacidad de ir formando gente. Y por eso, tanto como para mejorar nuestra sanidad, necesitamos una financiación adecuada.