portada 1

La gran alternativa para el turismo

El proyecto de ejecución del Palau de Congressos contempla más de 76.000 m2, con espacios de reuniones y de exposiciones, dos hoteles, un gran restaurante y zona comercial

“En términos arquitectónicos, tan emblemático como el Guggenheim”, el museo que ha dinamizado, en unos pocos años, la vida cultural y económica de Bilbao. Así se refiere el arquitecto navarro Patxi Mangado al futuro Palau de Congresos de Palma, cuyo proyecto de ejecución presentó hace unos días en la sede central de la CAEB, en la capital mallorquina, con la asistencia, muy nutrida, de representantes de las instituciones y del tejido empresarial de las Islas.
Serán, en total, 76.379,03 metros cuadrados, de acuerdo con el citado proyecto de Mangado y su equipo, los que ocupará esta nueva infraestructura de servicios, dentro de la fachada marítima de la ciudad, entre el Baluard del Príncep y el Portitxol. Están previstas salas de reuniones y espacios de exposiciones, despachos, dos hoteles, un gran restaurante, zona comercial, cafeterías y aparcamientos.
Mangado reconoce que el lugar elegido para su obra, al borde de la bahía, es “sensacional. No es un sitio para hacer algo banal”. Considera que “la buena arquitectura es una arquitectura que sirve. Hemos pretendido hacer un edificio como un compromiso con la arquitectura y con la ciudad”.
Sin embargo, dadas sus dimensiones, el arquitecto navarro reconoce que estamos hablando de un “edificio-ciudad”, con distintas dependencias que formarán parte de un conjunto. A su vez, en el futuro Palau de Congressos se ha buscado su armonía con el resto de la ordenación de la fachada, concebida por Tusquets.
El proyecto también persigue la coherencia de la nueva edificación con los perfiles históricos de la Palma en contacto con el mar y más concretamente con las murallas renacentistas. “Más que un edificio, es una traza. Es como si estuviéramos haciendo un trozo de muralla”. Al mismo tiempo, se plantea como “una continuidad” del Passeig Marítim.
De ahí, según Mangado, una planta baja “permeable, con grandísimos espacios, todos ellos muy abiertos, donde van apareciendo los volúmenes que contienen los auditorios”. Este espacio, de entre diez y doce metros de alto, se podrá utilizar para exposiciones. A ambos costados, los núcleos de comunicaciones, como los ascensores, “los de servicio por un lado y los públicos por otro”.
Son cerca de 4.000 metros cuadrados, sin un solo pilar, que van a permitir la exhibición de todo tipo de productos, incluidos los de mayores dimensiones, como “camiones o barcos”, en palabras del arquitecto. A su vez, unos “vestíbulos enormes” rodean los auditorios, uno con capacidad para dos mil personas y otro con un aforo de 480.
Sin embargo, el proyecto de Mangado permite que también se realicen encuentros de menores dimensiones. Por ello, se han dispuesto otros espacios más reducidos, “también con zonas de exposiciones”, en la primera planta.
En el área superior del Palau de Congressos es también donde va a ubicarse “un gran restaurante”, que pueda acoger a cerca de ochocientos comensales. Así como “un jardín colgante, abierto al mar”, que estará unido al área de hotel “a través de una planta intermedia”. En el subsuelo está prevista una zona de spa y fitness, de novecientos metros cuadrados.
El proyecto ejecutivo prevé dos hoteles, que suman 285 habitaciones. Por lo que se refiere a los aparcamientos, se han dispuesto 703 plazas, para automóviles, camiones y trailer. Se ha programado una superficie comercial que se sitúa en los 1.846,23 metros cuadrados.
Un aspecto fundamental del proyecto, de acuerdo con las explicaciones del arquitecto, consiste en su luminosidad, convirtiendo su fachada principal en “una enorme pantalla de vidrio con bombardeo de zinc”, presentando una “iconografía marina” muy en consonancia con el entorno. Sin embargo, se evitará el “soleamiento directo”. También se usará un aluminio similar al que se utiliza en la construcción naval, “tratado con chorros de arena” para eludir los brillos.
Por lo que se refiere al resto del edificio, se hará en piedra, similar al marés mallorquín, aunque no se recurrirá a éste en concreto, dado que “aquí no hay canteras ni cantidad suficiente” como para cubrir estas necesidades. Los interiores de los espacios de reuniones se realizarán en madera de fresno.

“Un embarazo largo”
El Palau de Congressos, propiamente dicho, ocupará 22.000 metros cuadrados de los casi 80.000 que constituye la construcción en su conjunto. Representan una superficie algo mayor tanto el área de hotel, con 22.380, como el aparcamiento, con 29.000. Patxi Mangado calcula un plazo de realización de unos tres años y medio. “Será un embarazo largo”, bromea, y espera que, mientras se va edificando, “la gente se acostumbre y se ilusione” con el Palau.