“Si hubiera alternativas al turismo, los empresarios ya las habrían descubierto”

“A veces, si invertimos fuera se quejan, y si invertimos aquí, todo son inconvenientes”

La trayectoria de Gabriel y Sebastián Barceló Oliver (nacidos en Felanitx en 1928 y en 1930, respectivamente) se encuentra estrechamente ligada a la evolución de la industria turística a lo largo de más de medio siglo. A partir del negocio de autocares de sus padres, ambos hermanos fueron protagonizando una serie de etapas, como las agencias de viajes desde 1954, los hoteles en las Baleares en los años sesenta, o la expansión fuera el archipiélago (en el ámbito español desde 1970, en el internacional a partir de 1985, con el Hotel Barceló Bávaro Beach, en la República Dominicana) hasta formar el actual Grupo Barceló, ahora dirigido por la tercera generación familiar, pero del que ostentan, conjuntamente, la presidencia de honor. Gabriel Barceló, casado y padre de seis hijos, es así mismo presidente honorario de la CAEB, de la que fue su fundador. Siempre estuvo implicado en el asociacionismo empresarial (hoteleros y agencias de viajes). Sebastián Barceló, también casado, con cinco vástagos, es presidente de la Fundación Barceló, destinada a actividades científicas, sociales y culturales. Los dos han recibido la Medalla d’Or de la Comunitat Autónoma.

EMPRESA BALEAR. ¿Qué representa para ustedes esa distinción, la Medalla d’Or de la comunidad?
GABRIEL BARCELÓ. Para mí, lo primero, una sorpresa. No lo esperábamos. Ha supuesto una gran ilusión, por recibir una distinción tan importante, precisamente, en nuestra tierra. Lo que queremos añadir es que entendemos que es un premio no sólo a dos personas, sino a una historia de 75 años, que cumplimos éste: a nuestros padres, que fueron los fundadores, a nuestros hijos, que son los continuadores, y a miles de personas que han trabajado con nosotros en el curso de esta larga trayectoria.
SEBASTIÁN BARCELÓ. Es una reconocimiento muy importante y estamos muy contentos. Es una manera de reconocer los sacrificios que hemos hecho, con tantas horas de trabajo.
E.B. ¿Consideran que constituye un reconocimiento, en cierta manera, al empresario balear?
G.B. Efectivamente. En el discurso de agradecimiento quisimos recoger la idea de que queríamos compartir esta distinción con toda la clase empresarial, que, en ocasiones, no sólo no ha sido reconocida, sino que incluso ha sido agraviada.
S.B. Es muy importante que estas medallas se repitan. Porque hay muchos empresarios que son muy sufridos y que están poco reconocidos.
E.B. ¿Y un reconocimiento al hotelero, concretamente?
S.B. Claro. Hay hoteleros nuevos, jóvenes, que tienen que esforzarse mucho para poder mantener su empresa a un nivel alto.
E.B. ¿Cuáles creen que son los cambios más significativos que se han producido en Baleares, a lo largo de su actividad empresarial?
G.B. Para mí, el gran cambio ha sido que en los años treinta y cuarenta Mallorca era una sociedad básicamente rural, poco desarrollada y tierra de emigrantes, y actualmente y los últimos treinta años, Baleares ha sido líder de la economía española, una tierra próspera, debido básicamente al turismo, y un lugar de inmigración.
E.B. ¿Qué balance realizan de su grupo, después de una trayectoria tan prolongada?
G.B. Primero, de satisfacción. Porque, cuando el grupo nació, nació de la nada. Nuestros padres eran hijos de agricultores, con muy pocas posibilidades, y, no obstante, fueron capaces de crear una empresa. Nuestra tarea consistió en expansionar, primero, y en consolidar, después, todas estas actividades, de manera que de una pequeña empresa pasamos a un grupo multinacional, y actualmente, se ha hecho la transición a la tercera generación, la cual ha continuado con éxito este proceso anterior y ha situado a las empresas en un lugar más avanzado del que estaba cuando nosotros lo dejamos.
E.B. ¿Cómo ven el futuro de la actividad turística?
G.B. Mallorca, para mí, es un valor seguro para el turismo vacacional, en particular. Y poco a poco, cada vez cobra más interés desde otros puntos de vista, como el turismo cultural, gastronómico, de reuniones, etcétera. En este momento, para mí el principal problema es que hemos crecido demasiado deprisa y hemos crecido en exceso. Lo que hace que, con este exceso de oferta, la rentabilidad hotelera, en particular, sea muy pobre. A pesar de que ciertos meses del año los hoteles puedan estar completos, no se rentabilizan de manera adecuada, porque tenemos que aplicar unos precios excesivamente bajos. En definitiva: Mallorca y Baleares son una potencia turística, tienen un gran futuro, si entre todos (porque es una responsabilidad de toda la sociedad, no sólo de los políticos o de los empresarios) controlamos el crecimiento, de forma que Mallorca pueda seguir siendo una tierra bella, tranquila y limpia, con la que puedan disfrutar los visitantes.
S.B. Creo que en Mallorca, de aquí a cien años, habrá turismo. Pero tanto los políticos, como las centrales sindicales, como la población, se tendrían que definir. A veces, si invertimos fuera, se quejan; y si invertimos aquí, todo son inconvenientes. El turismo de calidad es puertos y golf; y todo son pegas.
E.B. ¿Hay que realizar algún tipo de reconversión turística? ¿Qué medidas deberían ponerse en marcha?
G.B. Por una parte, se debería estimular la desaparición de la oferta obsoleta, que aporta muy poco y causa muchos problemas. Y una salida podría ser la reconversión de estos hoteles en viviendas, con lo cual aumentaríamos la oferta de viviendas, que es necesaria. El resto de la planta, en el transcurso de los años, se tendrá que adaptar a las nuevas demandas.
S.B. Ningún hotel tendría que ser más alto que los árboles que haya en la finca. Así tendríamos buenos árboles, bien altos, para poder construir los hoteles también algo más altos. Los hoteles mejoran todo lo que pueden: los spa hace cuatro o cinco años no existían, y ahora posiblemente el 10% de los hoteles los tienen, y eso irá en aumento. Cada año salen productos nuevos.
E.B. En algún momento se ha planteado la posible promoción de otras actividades, alternativas al protagonismo del turismo en Baleares.
G.B. En general, me parece un debate estéril. Si hubiese oportunidades industriales o de otro tipo, los empresarios ya las habrían descubierto y estarían en marcha. Entiendo que quienes defienden esta opción son ideologías colectivistas o estatalistas, que ya se ha demostrado en los últimos años su resultado nefasto.
S.B. Tenemos que hacer grandes producciones para poder entrar en un mercado, y eso en una Isla, donde habría que traer probablemente la materia prima, resulta prácticamente imposible.
E.B. Ahora que tanto se habla de globalización, ustedes fueron pioneros en extender sus actividades a otros países.
G.B. Para mí, la globalización es una actuación necesaria, que está dando grandes beneficios, sin perjuicio de que se hayan de corregir determinados aspectos. La economía, para ser efectiva, necesita libertad, eliminación de fronteras, y con todo eso conseguimos un desarrollo global más importante que si constreñimos la economía en compartimentos estancos. Es verdad que la globalización destruye un cierto número de empleos existentes. Pero es un hecho que ha creado muchos más empleos de los que ha destruido.
S.B. En el 84 fuimos a Santo Domingo; e iba, no enviaba. Teníamos unas ventajas enormes sobre aquellas empresas tan globalizadas. En Santo Domingo me insistieron que el que envía, no va. Eso está muy claro. Cuando fui a Santo Domingo, las cosas iban muy rápidas. Cuando otras empresas sólo realizaban informes y más informes.
E.B. ¿Cómo ve Gabriel Barceló a la CAEB actualmente, ya que fue su primer presidente?
G.B. Los presidentes y las juntas directivas que han continuado al frente de la CAEB han realizado una gran labor, agrupando a un mayor número de asociaciones, con lo cual han incrementado su representatividad y, además, se han ganado un lugar destacado en la sociedad. Por lo cual, me gustaría aprovechar esta oportunidad para felicitar sinceramente a todas las personas que han trabajado durante estos años en la CAEB.
E.B. ¿Consideran ustedes importante, la existencia de un movimiento asociativo entre los empresarios?
G.B. Indiscutiblemente. No basta con hacer una labor, sino que se ha de hacer evidente a los ojos de la sociedad. Para lo cual, la mejor manera de defender los intereses empresariales es la unión. Individualmente, el empresario es mucho más débil que unido.
S.B. La unión hace la fuerza.


“Un grupo de empresarios turísticos como el de Baleares no se ha repetido en ningún otro lugar del mundo”

“El desarrollo de nuevos destinos competidores, especialmente en el Mediterráneo, nos obliga a superarnos constantemente”

Hace medio siglo, en el año 1956, Gabriel Escarrer Juliá compró un hotel de sesenta habitaciones en Mallorca, en los primeros momentos de su desarrollo turístico, poniendo así la primera piedra de lo que hoy es el grupo Sol Meliá, del que es presidente. Entonces tenía sólo veintiún años, pero ya contaba con experiencia como operador turístico. En la actualidad, Gabriel Escarrer ostenta algunas de las distinciones más significativas de su sector empresarial, como el título de Personalidad Turística del Siglo (1998), Hotelero del Año (1999) o la condición de miembro del Hall of Fame de la British Travel Industry (2001). Recientemente ha sido galardonado con la Medalla de la Cámara de Comercio y con la Medalla d’Or de la Comunitat Autònoma.

Qué significado tiene para usted la Medalla d’Or de la Comunidad de les Illes Balears?
-Es un honor que el Govern de les Illes Balears, donde nací, reconozca los 50 años de una compañía que nació aquí y que ha llevado el nombre de Mallorca a 30 países del mundo. Es un reconocimiento a todos mis colaboradores, ya que por ellos se ha hecho posible esta efemérides. Es un homenaje a los clientes, a los accionistas y a nuestros socios, porque confían en Sol Meliá y comparten también, por lo tanto, sus logros.
-¿Supone un reconocimiento, al mismo tiempo, a la figura y la actividad del empresariado hotelero de Baleares?
-Entiendo que es un galardón a la compañía que yo fundé y a lo que aporta a nuestra economía y nuestra sociedad y también, por qué no, un reconocimiento al sector hotelero, que tanta relevancia tiene en nuestras Islas.
-¿Se encuentra convenientemente reconocido por la sociedad balear, este empresariado?
-En Baleares hay grandes empresarios de turismo con una gran historia que, en muchos casos, ha superado la segunda generación y continúa en su actividad con la misma ilusión de siempre. Entre todos hemos hecho realidad la máxima de que el turismo crea riqueza y es motor de desarrollo.
-¿Cuáles cree que han sido las transformaciones más destacadas dentro de la actividad turística en su conjunto, durante su trayectoria?
-En estos 50 años ha habido una gran evolución dentro del turismo y en relación a todos los agentes que lo componemos. La tecnología ha sido un factor clave, así como la experiencia que han adquirido los clientes, lo que les ha convertido en más exigentes. También la aparición de las líneas de bajo coste ha afectado en la toma de decisiones para el destino y el tiempo de duración.
-¿Y en el caso de Baleares, concretamente?
-La transformación de Baleares ha sido paralela aunque tal vez en algunos aspectos sea preciso incidir más para producir el efecto deseado, como es en el caso del uso de Internet. Sin embargo, la creación de las líneas de bajo coste incidió directamente en las Islas, por los mercados emisores británico y alemán.
-¿Qué balance realiza de la actividad de su grupo empresarial, a lo largo de todos estos años?
-Cuando se fundó Sol Meliá no podía imaginar que llegaría hasta el liderazgo internacional que tiene en este momento, por lo que me siento muy satisfecho y orgulloso de los logros conseguidos y estoy convencido de que aún tenemos mucho por lo que trabajar. Quiero recalcar que el equipo directivo actual juega un papel fundamental en mi balance positivo, en los logros, en el entusiasmo... Yo siempre digo que los puestos en Sol Meliá no se regalan sino que se conquistan, y con esta máxima puedo presumir del magnífico equipo que lidera la compañía. Mirando hacia atrás creo que no cambiaría muchas cosas, porque de cada experiencia he obtenido una enseñanza que he aplicado con posterioridad.
-¿Cuáles cree que han sido los hitos o los momentos más significativos de esa actividad?
- La internacionalización de Sol Meliá en 1985 fue un gran hito, no sólo por el gran paso que suponía de salida al exterior, sino porque el destino fue Bali, con todo lo que ello comportaba. Esa experiencia cambió para mí la forma de entender los hoteles vacacionales y reafirmó mi pasión por la arquitectura, el diseño y el paisajismo. Por otra parte, la compra de Hotasa y de Meliá en los años 84 y 87 fueron también muy relevantes. Con la primera entramos en el mercado urbano y ganábamos un liderazgo que ya nunca hemos perdido. Con la segunda adquiríamos una marca y unos hoteles de gran prestigio. La entrada en bolsa de Sol Meliá, hace ahora diez años, de nuevo nos hacía ser los primeros de España en dar este paso decisivo, que suponía la entrada de capital de accionistas y, por lo tanto, unas mejores oportunidades de inversión y consolidación empresarial.
-¿Cómo ve el futuro de su grupo?
-Tengo mucha confianza en la estrategia que está desarrollando Sol Meliá, así como en sus gestores, por lo que considero que continuaremos ganándonos la confianza de todos los clientes para mantener e incluso superar la posición de liderazgo en la que estamos. El desarrollo del departamento de I+D+i, las renovaciones de nuestras marcas y la inquietud que mantenemos por ofrecer a los clientes una experiencia extraordinaria nos mantienen alertas para anticiparnos a sus deseos, con una oferta de calidad y precio que nos permita ser competitivos y ganarnos su fidelidad.
-¿Hemos vivido una crisis turística en Baleares, en estos últimos años? ¿Se ha superado?
-La actividad turística está sujeta, además de a sus propias variables internas, a ciclos económicos y a factores exógenos que no son siempre controlables. En Baleares hemos vivido un momento de bajada del gasto turístico e incluso de llegada de turistas motivado por varios factores, como son el cambio euro/dólar o la situación económica de los mercados emisores. También ha podido ser causada por la implantación de la ecotasa, que dañó la imagen de nuestras Islas ante los turistas. Este año ha sido excepcionalmente bueno para las Islas, pero eso no nos debe relajar, ya que el desarrollo de nuevos destinos competidores, especialmente en el Mediterráneo, nos obliga a superarnos constantemente, a renovar nuestras estructuras y nuestra oferta y a mejorar la experiencia que viven nuestros clientes cuando nos visitan. En este sentido, contamos con muchos alicientes que debemos resaltar, como son la cultura y la belleza natural de nuestro entorno y las oportunidades que ofrece para desarrollar, por ejemplo, el turismo deportivo, el gastronómico y el de cuidado del cuerpo y la mente a través de spas.
-¿Cuáles cree que son las perspectivas del turismo en las Islas, a corto, medio y largo plazo? ¿Y las del turismo como actividad económica, en general?
-Tener vacaciones se ha convertido en una exigencia más dentro de la vida cotidiana, por lo que considero que seguirá siendo un referente de alto nivel en las economías de todos los países.
-¿Es conveniente, o incluso necesaria, una reconversión del sector turístico balear? ¿De qué tipo?
-Es necesario actuar de acuerdo a las necesidades de los clientes y prever un modelo de negocio flexible, capaz de adelantarse a las tendencias del mercado, para poder mantener la competitividad. Eso quiere decir que deberemos planificar el crecimiento y el desarrollo de las zonas turísticas, para mantener y resaltar la belleza natural de las Islas y, al mismo tiempo, actualizar los servicios y la oferta que damos.
-¿Es viable la desestacionalización? ¿Cómo?
-En un destino como el de nuestras Islas, que tiene como principal aliciente el sol y la playa, lo que debemos buscar es alternativas o complementos que mitiguen el impacto negativo del invierno. Así, se nos ofrece una oportunidad para desarrollar todos los aspectos culturales, gastronómicos, deportivos y de cuidado y belleza (spas) que inciten a disfrutar de Baleares desde esa otra óptica. La creación del nuevo Palacio de Congresos va a facilitar la entrada en un segmento que está en auge, que es el de congresos e incentivos. Con ese impulso podemos promocionar mejor nuestras Islas, sus carácterísticas y otros atractivos que motiven la llegada de turistas todo el año.
-¿Es conveniente el desarrollo de otros sectores, como alternativa al protagonismo del turismo dentro de la economía balear?
-Es importante que las Islas se desarrollen en plenitud en todos los sectores industriales y comerciales, ya que de esta manera podrán aumentar su riqueza y reducir su dependencia de un sector principal, como es el turismo. Sin embargo, mientras eso sucede, tenemos que procurar que nuestra oferta turísta sea atractiva para los clientes en todos los sentidos, en calidad y precio y en la experiencia y diferenciación que nos demandan.
-¿Cuáles son sus relaciones con la CAEB, y cómo ve a esta organización y su actividad en el momento presente?
-La iniciativa que lleva adelante la CAEB me parece muy loable y digna de todo mi apoyo. A mí me hubiera encantado contar con las facilidades que ofrece la Confederación cuando yo comencé, así que aplaudo cualquier apoyo y asesoramiento, además de la formación que desarrolla la CAEB con los emprendedores.
-¿Cómo ve al empresariado balear? ¿Considera que posee algún rasgo específico, con respecto a sus homólogos de otras comunidades?
-Los datos nos hacen pensar que así es porque somos creativos, emprendedores, innovadores, luchadores y con grandes inquietudes. Con todo ello hemos logrado un sobresaliente grupo de empresarios, especialmente en el sector turístico, que no se ha repetido en ningún otro lugar del mundo.

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