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SALUD LABORAL

Pilar Iglesias: El diálogo social en materia de prevención de riesgos laborales y las particulares necesidades de las pequeñas empresas

Las Organizaciones Empresariales han puesto de manifiesto su interés en transmitir que hablar de prevención de riesgos laborales no significa hablar necesariamente de siniestralidad, sino que se debe incidir en el fomento de actitudes que traspasen los límites del centro de trabajo y calen en la sociedad.
El Diálogo Social es una de las piezas que está contribuyendo de manera progresiva a la consecución del objetivo de mejorar la salud y seguridad de los trabajadores y reducir la siniestralidad laboral.
Cada vez son más los convenios colectivos que regulan diversos aspectos relacionados con la protección de la seguridad y la salud de los trabajadores: tanto cláusulas específicas (coordinación empresarial) como generales (deberes de los trabajadores o la tipificación como falta de su incumplimiento, por ejemplo).
Este avance, aunque positivo, resulta insuficiente para sustituir la carencia legal de un sistema básico tipificador de infracciones y sanciones para los trabajadores. Este sistema serviría de elemento coactivo incentivador del cumplimiento de las obligaciones de los trabajadores en esta materia a la vez que otorgaría mayor seguridad jurídica a todas las partes.
Por otra parte, la propuesta de Plan de actuación del Gobierno parece tener la voluntad de articular medidas específicas en materia preventiva para las pymes. En opinión empresarial, en dicho Plan debería buscarse un tratamiento que considere para las micro y pequeñas empresas:

• Sus características particulares y limitados recursos.
• Buscar soluciones adaptadas para facilitar la compleja gestión preventiva.
• Un marco incentivador para ayudar a hacer frente a estas obligaciones.

En general en el Plan de actuación se debería contemplar el desarrollo de la cultura de prevención como el elemento central de una estrategia a largo plazo, a través de la sensibilización y la formación adecuadas, más allá de la población trabajadora y del lugar de trabajo en sentido estricto.
Las Organizaciones Empresariales trabajamos para conseguir una eficaz comprensión de que la prevención no supone a medio plazo una carga económica para las empresas, sino que se trata de una inversión productiva. Las estadísticas muestran que durante los últimos tres años se ha producido una mejora paulatina en los índices de siniestralidad, tanto cuantitativa como cualitativamente, por lo que se refiere a los accidentes mortales.
Estos resultados deben servir de estímulo para continuar en la línea iniciada, mejorando las políticas preventivas y los actuales datos estadísticos.
Las Organizaciones Empresariales reafirmamos nuestro compromiso en esta tarea, y nuestra directa implicación en la consecución del objetivo de mejorar la seguridad y la salud de los trabajadores.