El turismo rural, a examen

Un informe editado por la CAEB en colaboración con la Conselleria de Turismo y el CITTIB analiza al detalle los establecimientos rurales en Baleares

Baleares se ha convertido por méritos propios en los últimos años en un paraíso del agroturismo. Según un informe editado por la CAEB, en colaboración con la Conselleria de Turismo y el CITTIB, a finales de 2002 había en el archipiélago balear un total de 168 establecimientos de turismo rural que ofrecían 2.533 plazas.
Un segmento que se ha puesto de moda por la posibilidad de gozar del silencio y paz de la naturaleza y de conocer la vida rural de las Islas. Edificios reformados, casas familiares y fincas agrícolas totalmente equipados con toda una serie de comodidades abren sus puertas una media de 9,4 meses al año, y disponen en su mayoría de entre 11 y 24 plazas, con menos de 10 años en funcionamiento.
En el afán de mejorar la competitividad de Baleares como un destino turístico de calidad se están realizando esfuerzos en potenciar segmentos de mayor valor añadido que el tradicional de sol y playa, a efectos de complementar y diversificar la actividad turística existente, buscando una especial incidencia en la reducción de la estacionalidad.
Los resultados del estudio constatan la elevada capacidad de gasto que supone este tipo de cliente. El retrato robot del turista rural se corresponde con el de una persona de mediana edad, de clase media-alta, de nacionalidad alemana y de elevado nivel educativo, que disfruta de unas vacaciones de poco más de una semana en compañía principalmente de su pareja, que ha visitado las Islas con anterioridad (casi un 50% han estado antes en Baleares en 4 o más ocasiones) y que tiene entre sus máximas preferencias las de relajarse, escapar de la rutina diaria y pasear en entornos agradables. Por Islas, el turismo rural se ha desarrollado principalmente en Mallorca, aunque las perspectivas en Menorca son muy positivas.
Sólo durante el ejercicio 2002 se estima que visitaron Baleares un total de 83.650 turistas rurales, (un 8% menos que en 2001), permaneciendo en las Islas una media de 7,51 días, con lo que el número total de estancias generadas ascendió a 628.211. Un ejercicio en el que la recesión alemana golpeó de lleno a este segmento. Del furor ininterrumpido de los últimos años, batiendo récords en número de visitantes y volumen de ingresos, se pasó a una coyuntura desfavorable en el que los pronósticos no se cumplieron.
El informe de la CAEB pone de relieve que la comercialización de la oferta de turismo rural se realiza principalmente por medio de contratación directa (45,9% de los clientes), a través de los turoperadores tradicionales, 21,9% de los clientes; y por Internet (14,1% de los clientes). Las páginas web son los instrumentos promocionales más utilizados, seguido por los folletos promocionales, la presencia en revistas especializadas y la asistencia a ferias.
Sin embargo, el principal gancho de información que anima a volver a Baleares son las experiencias personales en viajes anteriores (54,4%) y las conversaciones con amigos y familiares (43,5%), aunque también Internet está ganando terreno como herramienta con un 25,6% de los turistas rurales, muy cerca del porcentaje que consulta revistas especializadas (27,2%).
Un paisaje bonito, la calidad del alojamiento, la tranquilidad y la calma del destino son citados como los principales factores motivadores que condicionan la decisión de visitar el archipiélago por parte de los turistas rurales.
En cuanto a la satisfacción de los turistas rurales en su visita a las Islas es muy elevada (más de un 90% se declaran satisfecho o muy satisfechos por su viaje). Sin embargo se detectaron aspectos como la “higiene / limpieza del entorno”, la “relación calidad-precio” y la “calidad del servicio en general” en los que los turistas rurales declararon un nivel de satisfacción por debajo de las expectativas iniciales.
El gasto total medio por estancia que finalmente llega a las islas alcanza los 115,5 euros, cifra sensiblemente más elevada que la media del gasto por estancia del conjunto de turistas que nos visita (56,56 euros en 2001). Se estima que el turismo rural generó en el año 2002 ingresos en Baleares de 72,6 millones de euros, de los cuales 42,2 millones corresponden a gastos realizados directamente en las Islas y 30,4 millones a compras hechas en el país de origen que acaban revirtiendo en el archipiélago a través de pagos realizados por parte de operadores extranjeros a proveedores de servicios de Baleares.

Más promoción exterior y formación profesional
El agroturismo y el turismo rural se perfila como un elemento dinamizador del medio rural, que contribuye a preservar el paisaje y el medio ambiente, y a agregar valor añadido a la oferta turista de Baleares. Pero si se quiere asegurar su viabilidad, el informe de la CAEB recomienda dedicar un esfuerzo especial en promoción de la imagen rural de Baleares para posicionar las Islas como destino de alta calidad.
Estas actividades de promoción deberían abrirse a acciones directas en el exterior, en especial al mercado británico y suizo, y en el interior hacia el resto del mercado español, basándonos en el hecho de que estos tres mercados presentan un potencial considerable de crecimiento.
Por otro lado, la limitada dimensión de la mayor parte de establecimientos limita los recursos disponibles para promoción y comercialización, por lo que es estrictamente necesario el desarrollo de medidas que fomenten el asociacionismo y que a la vez pueda confluir en partenariados público-privados de promoción en el exterior.
Asimismo, el turismo rural supone una oportunidad especial para interconectar numerosos sectores artesanales autóctonos de la industria agroalimetaria y de otras ramas, con productos de alta calidad. La cooperación entre estos sectores debería redundar en refuerzo mutuo de su competitividad y en un aumento del valor añadido de sus respectivas ofertas.
Por otra parte, el informe de la patronal sugiere que se potencien programas de formación profesional y de cualificación de gestores y de empleados.