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Se analizaron los factores de riesgo y la sintomatología de esta enfermedad que se puede frenar con el buen diseño en las construcciones
La enfermera del Trabajo y máster en Ergonomía y Psicosociología Aplicada, Ana Isabel Regatero Carrascosa, impartió el pasado mes de junio una charla informativa sobre el síndrome de edificio enfermo, en la que participaron directivos y empresarios.
Regatero analizó el concepto, las causas de su aparición y los síntomas de una enfermedad sensibilizando a los participantes sobre la importancia que tiene el “buen diseño” en los edificios de nueva edificación, explicó la responsable del Gabinete de Prevención de Riesgos Laborales de la CAEB. Durante los últimos años nos encontramos con una arquitectura de los edificios moderna, minimalista, y en algunos casos definidos como edificios “inteligentes”.
En países desarrollados el 90 por ciento de la actividad laboral se realiza en espacios confinados, lo cual justifica la necesidad de proporcionar un mayor confort en estos lugares.
En un 30 por ciento de los edificios nuevos o remodelados de todo el mundo se producían abundantes quejas sobre la calidad del aire interior, según un informe elaborado por la OMS 1984.
El SEE, síndrome del edificio enfermo, es definido como la expresión denominada a la sintomatología que presentan los individuos que trabajan en estos edificios y que no va acompañada de ninguna lesión orgánica o signo físico, diagnosticándose a menudo por exclusión.
Su aparición, explicó Regatero, se asocia a distintos factores de riesgo como agentes químicos (del interior y del exterior), agentes biológicos, agentes físicos y agentes psicosociales.
La experta considera que es importante diferenciarlo de la “enfermedad ligada al edificio”, expresión que se usa cuando se identifican síntomas de enfermedades diagnosticables, y son directamente atribuibles a agentes contaminantes del edificio transportados por el aire.
Existen unos indicadores diferenciales respecto a estos dos conceptos. Mientras que en el SEE existen abundantes quejas de los ocupantes sobre síntomas asociados a una incomodidad, se desconocen las causas y los síntomas disminuyen al poco rato de abandonar el edificio. En la “enfermedad ligada al edificio”, las quejas de los ocupantes se basan en síntomas como tos o malestar bronquial, que son clínicamente definidos y que pueden requerir periodos prolongados de recuperación tras abandonar el edificio. Los edificios enfermos tienen una serie de características comunes como:
· Casi siempre tienen un sistema de ventilación forzada que generalmente es común a todo el edificio o a amplios sectores y existe recirculación parcial del aire.
· Tienen una inadecuada calidad del aire interior.
· Con frecuencia son de construcción ligera y poco costosa.
· Las superficies interiores están en gran parte recubiertas con material textil, incluyendo paredes (cortinas), suelos (moquetas) y otros elementos de diseño interior, lo cual favorece una elevada relación entre superficie interior y volumen.
· Practican el ahorro energético y se mantienen relativamente calientes con un ambiente térmico homogéneo.
· Suelen ser edificios herméticos en los que, por ejemplo, las ventanas no pueden abrirse (selladas).
· Los ritmos de trabajo son elevados, al igual que la carga mental y las situaciones de estrés.
· Los síntomas que presentan los ocupantes de estos edificios son, entre otros, irritaciones de ojos, nariz y garganta, sensación de sequedad en membranas, mucosas y piel, ronquera, respiración dificultosa, eritemas (erupciones cutáneas) por sequedad cutánea o por picaduras de insectos o alergias tras la picadura, hipersensibilidades inespecíficas, náuseas, mareos y vértigos, dolor de cabeza, etc. Al tratarse de una etiología multicausal, se hace especialmente difícil establecer una sola causa laboral a la sintomatología que presentan los ocupantes.
Pérdida de tejido adiposo por los campos electromagnéticos
Recientemente, ha aparecido una patología cutánea denominada Lipoatrofia semicircular (LS), que ocasiona una pérdida de tejido adiposo en muslos y brazo, sobre todo en mujeres. A simple vista se observa una hendidura alargada en la piel, sin erosión, que no duele ni pica, no tiene tratamiento y, en principio, desaparece cuando lo hacen las causas. El Dr. Bart Curvers del servicio médico de la financiera KBC Bank & Insurance Group, en cuyo edificio de Bruselas enfermaron desde 1995 unos 900 trabajadores, se ha convertido en la primera referencia ya que ha realizado estudios sobre esta extraña patología. Según aclara Curvers en un artículo llamado “Lipoatrophia Semicircularis: a new office disease? 900 cases reported in Belgium”, la mayoría de los expertos coinciden en que los campos electromagnéticos tienen mucho que ver con los síntomas de esta dolencia. Específicamente un exceso de electricidad estática en el ambiente de trabajo. La hipotésis que ha cobrado más fuerza se relaciona con la descarga electrostática (ESD) en los muslos, a través de la mesa del escritorio. Aunque el origen sigue siendo desconocido, se cree que la clave de esta patología está en los campos electromagnéticos. Probablemente, la causa, así como la solución sea multifactorial. Las descargas electrostáticas locales en esa zona de las piernas, donde el cuerpo humano está más cercano a la base de la mesa de trabajo, puede explicar las modificaciones del tejido lipoatrófico.
El estudio concluye que el Síndrome de Lipoatrofia semicircular está relacionado con los edificios de oficinas nuevos y modernos, así como los nuevos entornos de trabajo.
Roser Llobet, del Colegio de Ingenieros Técnicos de Telecomunicaciones, afirma que “por muchas tomas de tierra que se coloquen” y pese a instalar humidificadores, “el material seguirá produciendo electricidad estática si no se cambia”. La mayoría de problemas derivados de elevados niveles de electricidad estática se dan porque el suelo es aislante. “Si ésta es la causa deberían cambiarlo o limpiarlo con detergente antiestático”, señala.
Actualmente frente a la aparición de nuevos casos que observamos se adoptan una serie de medidas preventivas y correctivas como serían, el soterramiento de cables, el control de la humedad y la colocación de tomas de tierra necesarias y correctas en las oficinas para evitar que la conjunción de factores negativos cause esta lesión.
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